A Hole New World

** Inserte referencia a Stranger Things aquí **

El equipo novel español Mad Gear Games nos trae un pequeño título claramente influenciado por los primeros tres Castlevania, financiado gracias a su campaña en Kickstarter. Juego de plataformas retro, control retro, dificultad retro, gráficos retro... y un concepto la mar de curioso a sus espaldas.

El mundo al revés

El título trata sobre un mundo de fantasía llamado Versee que, un día, empezó a sufrir el azote del mal. Por suerte para sus habitantes, la diosa Yakshini (no confundir con las exuberantes yakshinis de la mitología hindú) se apiadó de ellos, y decidió cortar de raíz el problema separando el mundo en dos realidades y aislando el mal. Este proceso la debilitó tanto que separó sus poderes en cinco orbes (aunque tengan pinta de gemas) que repartió por el mundo, esperando que ningún ser fuera capaz de reunirlos todos. Sin embargo, llegó el día en el que un malvado Lord consiguió romper la barrera que separaba la realidad maligna de la bondadosa, abriendo todo tipo de agujeros y grietas interdimensionales. De ellas comenzaron a brotar sin control monstruos inmunes a todo tipo de armas... excepto a las del Potion Master.

Este juego de plataformas nos pone a los mandos de este Potion Master. Armado inicialmente con una poción que tiraremos a modo de granada (pero sin demasiado alcance), tendremos primero que defender nuestro pueblo y acabando uno a uno con los terribles jefes que nos aguardan al final de cada nivel. El juego resulta bastante particular por su jugabilidad. En primer lugar, y siendo esto lo más característico, es el hecho de que cuando caigamos por un agujero, no moriremos, sino que seremos transportados al "mundo del revés". Esta especie de realidad alternativa, totalmente corrupta, y relativamente similar a la que hemos visto en series como Stranger Things, suele ser un fiel espejo del mundo de la luz, pero no siempre. En ocasiones, nos encontraremos caminos bloqueados en una dimensión que, sin embargo, están totalmente libres en la otra. En otras, como algunos castillos, la otra dimensión está íntimamente ligada a la arquitectura del lugar, encontrando localizaciones en ella que poco o nada tendrán que ver la de su versión alternativa.

Por lo demás, todos los niveles siguen la misma estructura: llegar hasta el final, intentando que no acaben con nosotros por el camino, sorteando de vez en cuando algunos puzles simples, y entonces enfrentarnos al jefe. Estos jefes, si bien el juego no hace demasiada mención en su historia, parecen estar en posesión de los orbes de Yakshini, y al más puro estilo Megaman, obtendremos sus poderes cuando acabemos con ellos. De esta manera iremos incrementando nuestro arsenal, añadiendo una buena variedad de ataques, si bien los desarrolladores no han sabido resistir la tentación de diseñar el 90% del siguiente nivel alrededor del último poder adquirido.

Como recién salido de una Nintendo

El título está total y completamente diseñado y planteado como si fuera un juego salido para las plataformas de 8 bits de antaño. Esto quiere decir que el control es extremadamente simple, solamente usaremos los cursores para movernos, un botón para atacar, otro para saltar, y un tercero para cambiar de poción. Es manejable con el teclado, aunque si no nos metemos inicialmente en la configuración del juego, no habrá manera humana de enterarnos de cómo jugar, por lo que es recomendable optar por un mando y sus típicos gatillos, A y B.