Leyendo el Iwata Pregunta sobre New Leaf se nos antoja extraño que el equipo de desarrollo llegara por casualidad al concepto de Alcalde. No sólo era un paso obvio, sino que los usuarios habituales de entregas anteriores llevaban pidiéndolo a gritos desde hace años. Esto pone en liza qué equipos de Nintendo están más cerca del jugador y cuáles se abstraen en demasía de sus opiniones. Y no parece que Eguchi sea de los primeros. No obstante, el resultado es más que patente y, cerca o lejos del jugador, Animal Crossing ha recibido en New Leaf el resultado de las necesarias novedades que la saga pedía a gritos.
Manteniéndose fiel al original, el entorno de juego se amolda a una nueva forma de vivir, los personajes fijos han transformado sus roles y aparecen otros nuevos que vienen a hacernos la vida más fácil.
Alcalde novato
La base jugable sigue siendo la misma: llegamos a un nuevo pueblo y tenemos que vivir nuestra vida. Eso supone amoldarnos a las costumbres de nuestro nuevo hogar, amoldarnos a sus tradiciones y convivir con los peculiares vecinos. Pero nada más empezar la partida encontraremos la primera novedad. Todo el pueblo se ha reunido para darnos la bienvenida, ya que somos el nuevo alcalde. Y es que en esta entrega se nos da un papel activo en las decisiones del pueblo. Todas aquellas opciones y mejoras que deseemos hacer en nuestra vida virtual pasarán por ser decisiones tomadas en base a nuestro cargo. De esta manera se han mejorado aspectos que facilitarán la vida a quienes no tienen tiempo suficiente para dedicarle al juego. Destacan las ordenanzas, opciones que permitirán agilizar nuestro paso por el pueblo pudiendo elegir que tenga vida nocturna o mañanera, que se cuide la naturaleza o que el dinero sea más fácil de obtener. Sin duda alguna queda solventado el problema que se encontraban muchos jugadores cuando llegaban a casa y jugaban a altas horas, dando también opciones a quien no tiene problemas durante el día.
También será parte de nuestras labores como alcalde el realizar diversos proyectos urbanísticos que hagan evolucionar la aldea. Aunque en su mayor parte no tendrán mayor influencia, sí que permitirá cierta labor de customización que se echaba de menos en anteriores ediciones. A medida que vayamos dedicándole horas se irán desbloqueando elementos para construir y que permitirán dar el toque personal al entorno. Al contrario de lo que ocurre en la vida real, no nos enriqueceremos con las obras que llevaremos al pueblo, sino que seremos nosotros, casi en su totalidad, quienes costeemos el coste de las infraestructuras.
El equipo de Eguchi también ha querido reaprovechar el concepto de ciudad que vimos en la versión de Wii, pero dándole un giro. La zona comercial pasa a estar dentro de nuestro mismo pueblo, en una zona apartada más allá de las vías del tren. Allí se encuentran todas las tiendas y zonas de uso habitual como el museo o la Inmobiliaria Nook, quien ha dejado a Nendo y Tendo al mando de su propia tienda para encargarse únicamente de su labor como agente inmobiliario. Esta zona comercial estará semiabandonada cuando llegamos e irá creciendo a medida que vamos cubriendo ciertos requisitos que nos son desconocidos. Ésa es otra de las grandes bazas del juego. Al incorporar cosas nuevas y rehacer las que ya existían, todo aquello que ya conocíamos ya no existe, por lo que tendremos que ir averiguando poco a poco cómo desbloquear nuevas tiendas o herramientas. Ya no funcionan las viejas técnicas y, si prescindimos de la imprescindible guía, supone un soplo de aire fresco que nos permite maravillarnos con cada descubrimiento, dando lugar a una experiencia completamente nueva.