Tras los controvertidos New Super Mario Bros. para Wii y Nintendo DS, el estudio EAD de Nintendo demostró estar a la altura con los dos grandes plataformas de los últimos años: Super Mario Galaxy 1 y 2. Con estas dos aventuras consiguieron revivir el género de plataformas y situarlo en lo más alto, logrando posicionar ambos juegos como los mejores plataformas de la historia en varios rankings. Ahora, el mismo equipo que devolvió la vida al género nos trae una entrega portátil que, además, supone la primera versión en 3D estereoscópicas del fontanero de Nintendo.
Vuelven los buenos tiempos
El regreso de Mario Mapache, conocido también como Tanuki (mapache en japonés), supuso un vínculo inicial muy fuerte con la entrega Super Mario Bros. 3, considerada por algunos el mejor juego de Mario de la historia (en dura pugna con Super Mario World). Pero el regreso de la famosa cola, que aparece a diestro y siniestro en el juego, es sólo el inicio de una serie de flashbacks de ediciones anteriores que consiguen hacer de Super Mario 3D Land el homenaje perfecto a lo mejor del fontanero. También harán su aparición los desaparecidos bloques musicales o el traje bumerang, una versión más moderna y poderosa del traje martillo que Mario lució en pasadas entregas.
Tus recuerdos en 3D
Este cúmulo de guiños al pasado enlaza perfectamente con la gran novedad, las 3D. Desde Super Mario 64 el fontanero se ha movido, casi siempre, en entornos en tres dimensiones. Pero es la primera vez que lo hace (salvo alguna copia olvidada de Virtual Boy) en 3D estereoscópico. Es en esta entrega cuando, según Miyamoto, se rompe definitivamente la barrera que los jugadores ocasionales tenían con las plataformas en 3D ya que ahora es perfectamente posible distinguir la distancia que hay entre los objetos. Y lo cierto es que no nos queda más remedio que darle la razón. Aunque el juego se puede jugar en casi todo momento en 2D (a nosotros, tras horas jugando con el 3D activado, se nos hace imposible hacerlo en dos dimensiones) hay zonas creadas exclusivamente para el uso estereoscópico y demuestran que con él desactivado es imposible superarlas.
Esto viene a confirmar que es posible crear un juego en el que el uso del 3D sea necesario. Lamentablemente Super Mario 3D Land ha reducido estas muestras de creatividad y las relega a zonas ocultas, por lo que, aunque útil, el uso del 3D puede llegar a ser prescindible para quienes prefieras jugarlo en 2D. El 3D también tiene cabida en los pocos momentos en los que usaremos el sensor de movimiento, que será cuando nos encontremos con algunos de los prismáticos repartidos por lugares estratégicos. El sensor, como ya nos tiene acostumbrados Nintendo, funciona a las mil maravillas, pero su uso (al menos en este juego) es puramente testimonial.
El diseño de los niveles también supone un regreso a los grandes juegos del símbolo de Nintendo. Al igual que en Super Mario Galaxy 2, los niveles están diseñados únicamente con el propósito de ofrecer una prueba de plataformas al jugador, diferenciándose en este sentido de Super Mario Galaxy, Sunshine o 64 donde muchos niveles rayaban cerca del género de las aventuras. Y, en parte, es gracias a esto por lo que se ha conseguido que el nivel gráfico roce un nivel altísimo, con unos de los mejores modelados de personajes de la consola. Al dejar a un lado la necesidad de crear un entorno detallado, las partes del escenario visibles y los enemigos cuentan con buenas texturas, juegos de luces y animaciones. Consiguiendo llegar a una calidad similar a la de Super Mario Galaxy, salvando las distancias.