Si buscas una película trascendental que te cambie la forma de ver las películas de superhéroes, que busquen el sentido de la vida y sean la nueva joya del cine moderno Black Adam quizá te pueda decepcionar. Sin embargo, si eres fan de las películas de Wayne Johnson, te gusta la acción, buscas una historia mística y te encantan las batallas con dosis masivas de destrucción la nueva cinta de Jaume Collet-Serra va a lograr que vibres en el asiento, ya que en ese aspecto no hay ninguna pega y el director hace bien, en ese aspecto, todo lo que puede hacer bien.
Quizá ha faltado algo más de desarrollo para los personajes de Ciclón y Atom Smasher, donde al final quedan poco dibujados sus perfiles más allá de algunos clichés. También es cierto que el despliegue de personajes que presenta Black Adam es numeroso y entre humanos y “súpers” no hay tiempo para presentar correctamente en 2 horas a todos si quieres centrarte en la acción. Si hubieran aligerado la trama humana, que apenas aporta más que una excusa para que comiencen las tortas, podrían haberse centrado en lo que realmente importa a los espectadores, que son los héroes y villanos, y no tanto en si los humanos salvan el pellejo o no de un lío en el que ellos mismos se metieron.
Al final posiblemente el mayor problema es querer rellenar con peso una trama que se basa en un camino lineal con batallas repletas de efectos impresionantes y, honestamente, no buscábamos nada más. El hecho de que el villano tampoco sea demasiado profundo no hace más que reforzar el alma de blockbuster de esta película, que quizá habría funcionado mejor en verano pudiendo disfrutar de todo un despliegue de poder por parte de Johnson con una increíble banda sonora a golpe de rock. Así que corre a disfrutar de la película al cine, porque el humor de la cinta aligera una trama que favorece el escenario perfecto para ver el circo de rayos, tortazos, vuelos y superpoderes que nos ha preparado Collet-Serra para disfrutar de Wayne Johnson en estado puro.