Lo reconozco, es un tipo de juego que la mayorÃa de la gente no aguanta, no soporta, no entiende o, directamente, le aburre. Pero a mi me encantan los simuladores de gestión de este tipo, sobre todo los juegos en los que no se conforman con darnos tres herramientas para pintar el suelo de colorines y dejar que los edificios surjan solos. A mi me encanta bajar al detalle, a colocar hasta el último grifo de la habitación si es posible. Y la gente de Two Point Studios ha demostrado que si bien pasar de los hospitales a las universidades ha implicado algún que otro cambio drástico en la forma de plantear el juego, el tÃtulo en cuestión es divertido, apto para todos, y sobre todo, un pozo sin fondo de horas echadas viendo como los alumnos van y vienen con sus experimentos, sus extrañas aficiones y su loco mundo.