Poco queda por decir de la jugabilidad del modo aventura ya que nos encontramos con un Kirby de lo más tradicional. Aunque hay que reconocer que esta entrega viene bastante completa. Los poderes que podrá adquirir el protagonista (hasta 20) contarán con gran variedad de ataques, aunque será difícil que aprovechemos todas las oportunidades que nos brindan ya que los controles varían de uno a otro. Afortunadamente bastará con pausar el juego para acceder a un manual con las combinaciones de botones. Estos poderes nos serán muy útiles para acceder a zonas específicas de los escenarios que sólo se podrán alcanzar si prendemos una mecha con el poder de fuego, si apagamos bloques de fuego con el agua o si llevamos algún objeto cortante encima que nos permita cortar alguna que otra liana. En estas zonas podremos encontrar objetos de bonificación como el mítico micrófono, vidas extra o pequeñas piezas perdidas. Además de los poderes normales, podremos tener acceso a poderes especiales que nos darán golpes definitivos, algo similar a los Smash finales de Super Smash Bros. Brawl. Con estos poderes resolveremos unos puzles mínimos con los que derrotar a muchos enemigos de un solo golpe y nos darán acceso a zonas secretas. A pesar de su utilidad y de su grandeza, han quedado relegados a zonas muy puntuales con un uso muy restringido. Es una pena.
Cada nivel contará con un pequeño número de engranajes escondidos que, en número suficiente, permitirán desbloquear retos extra. Estos retos, cada uno de ellos dedicados a uno de los poderes de Kirby, serán una carrera contra el crono en la que deberemos superar obstáculos, derrotar enemigos y descubrir secretos con el fin de obtener la máxima puntuación. Son un elemento arcade perfecto que redondea la jugabilidad. Junto a estos retos hay que sumar dos grandes minijuegos que harán uso de las capacidades del mando. Son altamente entretenidos y adictivos, con tres niveles de dificultad. Pero lo cierto es que nos han dejado con ganas de más y que sólo incluya dos se nos antoja escaso.
Por último, para ser un juego plataformas, el diseño de los niveles no se nos antoja especialmente difícil ni creativo. Si bien es cierto que la parte final del juego subsana estos errores, en la mayoría de niveles podremos superarlos sin demasiado esfuerzo yendo desde una punta a otra del escenario. Además será muy difícil perder vidas cayendo en un precipicio ya que Kirby ya no tiene limitada su capacidad de vuelo, por lo que podremos zafarnos de cualquier hueco pulsando el botón A y tragando aire. Los mayores retos quedan relegados a momentos puntuales en los que deberemos de correr para evitar que una pared se cierre con un premio detrás o para evitar que un enemigo tire una llave a la basura. Las luchas contra los jefes tampoco son nada de otro mundo y se les derrota más con paciencia que con ganas. Aunque se vuelven más fuertes y más dinámicos a medida que avanza el juego, siempre tendremos un poder a nuestro alcance antes de luchar contra ellos, por lo que bastará con elegir el más adecuado, esquivar un par de ataques y aporrear el botón de lucha para acabar con ellos.
Pocos amigos en Dreamland
Aunque su base es la misma, el modo multijugador de esta entrega de Kirby dista mucho de parecerse al inmejorable multi de New Super Mario Bros. Wii. El tipo de plataformeo que nos ofrecen los títulos de la bola rosa dista mucho de ser apto para un multijugador ameno y entretenido. El ritmo lento y pausado del juego, así como un diseño de niveles poco inspirado, hacen que el multijugador sea un cooperativo light antes que un modo de juego en el que pasar las horas de las tardes de lluvia. Se habría agradecido algún elemento competitivo que incitara a la lucha, pero si bien el modo multijugador de Mario conseguía ser casi perfecto, el de Kirby se ha quedado algo descafeinado.
Duración
El número de niveles no es demasiado elevado, al menos para lo que nos tiene acostumbrados Nintendo en sus títulos de plataformas de consolas de sobremesa, pero la duración de los mismos es variable. Nos encontraremos con niveles de una duración considerable y otros mucho más cortos que se pasarán en un abrir y cerrar de ojos. A pesar de todo, terminar la historia por primera vez podrá llevarnos una decena de horas. Además los desarrolladores se han asegurado de mantener alta la rejugabilidad de Kirby’s Adventure Wii a base de los clásicos minijuegos de la saga, los retos (uno para cada poder) y las piezas desperdigadas por los niveles. A buen seguro que conseguir el 100% llevará más de 20 horas puesto que al finalizar la historia aguarda alguna sorpresa.
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