Con más de 10 años a sus espaldas y un montón de expansiones en su bolsillo, a Los Sims ya les quedan muy pocas cosas por hacer, así que no resulta extraño que hayan decidido apuntarse al carro de las 3D. Aunque su desembarco en consolas no fue una tarea sencilla, lo cierto es que desde hace un tiempo la saga parece que ha encontrado su hueco fuera de los ordenadores. No obstante, y a juzgar por las conversiones que se han hecho de esta tercera entrega, parece que la idea no ha terminado de quedar del todo pulida.
Su primer 3D
Tal y como comentamos al principio, Los Sims han vivido incontables experiencias en todos estos años: han visto ovnis, fantasmas e incluso hay quien dice que se ha visto alguno que se ha hecho rico sin utilizar trucos. Pero lo cierto es que hasta ahora no se habían visto en tres dimensiones. Esta característica de la edición de Nintendo 3DS permite que veamos el pequeño mundo que creamos con nuestras propias manos como una auténtica cajita de muñecas. Aunque hay que reconocer que, a pesar de lo preciosista del resultado, no aporta absolutamente nada a la jugabilidad, y menos aún si tenemos en cuenta el desastroso sistema de cámaras que comentaremos más adelante.
El apartado técnico del juego es correcto, sin alardes. Tanto los modelados de los personajes como del entorno consiguen mejorar con creces lo visto en Nintendo DS, pero se quedan cortos si los comparamos con los vistos en otras plataformas (que tampoco eran ninguna virguería). El sonido tampoco es nada del otro mundo, el juego se sigue nutriendo del popular sistema de voces que acompaña a la serie desde sus orígenes y de vez en cuando se adereza con algunas melodías. Es una lástima que no se pueda escuchar música que tenemos en la tarjeta SD en los aparatos de sonido que hay por las casas de nuestros Sims.
Si algo funciona…
En la jugabilidad no encontramos mayores sorpresas ya que se mantiene el sistema de juego que se ha venido utilizando desde sus inicios. Controlaremos a uno o varios Sims y nos encargaremos de que cumplan sus sueños y tengan una vida plena y feliz… o no. Para ello tendremos a nuestra disposición objetos, utensilios y otros Sims con los que interactuar para satisfacer las necesidades fisiológicas y emocionales de nuestros queridos diminutos. Y aquí se presentan dos de los grandes problemas de esta versión. Por una parte tenemos la incomprensible eliminación de un montón de elementos que sí se encuentran presentes en otras ediciones: no hay niños, sólo hay dos lugares para visitar, el inventario es muy reducido.... Es por esto que estamos ante una versión muy capada de lo que podemos encontrar en ediciones mayores, quedando a años luz de lo que ofrece la versión de PC. Y el otro problema es el control.
Si bien es verdad que la pantalla táctil con su vista cenital consigue satisfacer todas las necesidades que nos surgen a la hora de interactuar con los elementos del escenario y con los personajes, las cámaras están demasiado mal implementadas. A la de la pantalla táctil, fija en una vista de halcón, le faltan más opciones de zoom. Sólo hay dos y se antojan ridículas e incómodas: el zoom a pantalla completa permite ver el solar pero obliga a pausar el juego y el otro zoom se queda muy corto para apreciar algunos detalles. Esto se soluciona parcialmente con la pantalla superior, que nos permite controlar a nuestro antojo el ángulo de inclinación de la cámara y el zoom del mismo. Pero falla en lo más básico: la cámara sólo gira alrededor del Sim que estamos controlando. Así que nos es imposible mover la cámara a lugares del escenario en el que no tengamos a ningún personaje controlable. Aunque se puede vivir sin estas dos opciones, es imperdonable que se haya fallado en algo tan básico como esto.