iFun4All continua lanzando su serie de puzles en Nintendo Switch. Tras Red Game, llega Green Game. Del teletransporte a los viajes en el tiempo.
De rojo a verde
Estamos acostumbrados a encontrar todo tipo de estéticas en el mundo de los puzles, desde las más simples hasta las más sofisticadas. Green Game recae en el primer grupo, pero siempre con mucho estilo y un gran diseño. Con su limitada paleta de colores (tonos de verde para fondo y sombras para los elementos jugables) es capaz de recrear los peligros y atmósferas del mundo steampunk en el que se basa la aventura. De un primer vistazo el jugador es capaz de sentir ese entorno hostil en el que las comunicaciones han conseguido avanzar gracias a la invención de un pájaro mecánico con la capacidad de viajar en el tiempo. Quizás donde se rompe un poco esa atmósfera es en el apartado sonoro, con temas muy buenos que dan un aire de soul y toques de jazz, pero demasiado alegres (y repetitivos) para el entorno que se quiere recrear.
Al contrario que Red Game, Green sí que se presta a encajar dentro de la categoría de los puzles, aunque tenemos ciertas reservas sobre lo de los viajes en el tiempo. Tendremos que guiar al pájaro de una zona segura a otra, evitando peligros y llegando hasta la jaula, que es la meta. Siguen presente los tres engranajes coleccionables, pero la jugabilidad cambia con respecto a su predecesor. La capacidad de teletransportarse del pájaro mecánico ha desaparecido. Una actualización de firmware ahora le permite viajar en el tiempo. Al igual que Red Game, todo se controla con la pantalla táctil.
Los viajes en el tiempo no existen
La secuencia de 50 niveles empieza con fases asequibles que irán ganando dificultad hasta ofrecer un reto que, en muchas ocasiones, sacará de quicio a más de uno. Aunque hay que reconocer que, en términos de control y de jugabilidad, la experiencia ha mejorado mucho. El movimiento del pájaro es automático y siempre en línea recta. Nosotros nos dedicaremos a mover chorros de vapor que le hagan cambiar de dirección. Para ello tocaremos la pantalla táctil de un lado a otro, como si se tratara de una manivela. Realmente no hay nada que nos recuerde, ni vagamente, a estar manejando el tiempo, sino controlando chorros de vapor para dirigir al bicho.
La idea global es que ha mejorado mucho con respecto a Red Game y se disfruta mucho más por lo ya mencionado: realmente estamos ante un juego de puzles y la situación es más controlable. No obstante la forma en que se manejan esos chorros de vapor no resulta todo lo precisa que debiera. En ocasiones no basta con mover las palancas hasta un tope a los lados, sino que se hace necesario un punto intermedio que es difícil de alcanzar. Intentando llegar al punto justo suele llevar, injustamente, a nuestro mensajero a la muerte.