Los luchadores de la WWE vuelven a luchar por la gloria en Wrestlemania.
El mundo de la lucha libre siempre le ha debido parte de su éxito a la compañía de la WWE, antes conocida por WWF y que desde hace muchos años ha convertido este espectáculo en uno de los más divertidos de los últimos tiempos, y que tantos millones de seguidores ha generado por todo el mundo. Éxito que creció en nuestro país cuando Cuatro se hizo con los servicios de la empresa dirigida por Vince McMahon para emitir los dos programas más importantes de la empresa (Smackdown y Raw) bajo el nombre de Pressing Catch. Hoy en día, gracias a Marca TV podemos seguir viendo las hazañas de nuestros luchadores favoritos en la televisión, y es de agradecer pues el tirón comercial en nuestro país ha vuelto a subir gracias a sus juegos, que no han dejado de salir año tras año con la consiguiente entrega mensual, en esta ocasión la de 2011.
La premisa de Smackdown vs Raw 2011 es simple, ofrecer la misma base que las anteriores entregas de la saga para partir desde un punto cercano en el desarrollo, pero añadiendo pequeñas mejoras al sistema de jugabilidad, con nuevos modos de juego y con la inclusión del modo universo WWE, que prácticamente nos permitirá manejar las rivalidades entre luchadores, luchas por los títulos, cambios de roster y demás labores de un guionista de la empresa. Y novedades, realmente pocas más. Estamos ante un título que bebe de sus anteriores entregas quizá en demasía, por lo que aparte del modo mencionado anteriormente prácticamente los únicos cambios con respecto a la entrega anterior son el añadido de algunos nuevos luchadores (Sheamus y los chicos de Nexus por ejemplo, aunque estos últimos como contenido digital descargable) y la salida de otros que ya no están en la famosa empresa de Wrestling.
Apartado Técnico
Si ya os habíamos hablado sobre que el juego bebía demasiado de sus anteriores entregas, es porque en el apartado gráfico el juego sigue la misma línea que marcó la anterior entrega. Es decir, prácticamente estamos ante el mismo juego visualmente que el año pasado, aunque algunos detalles se han cuidado más que otros, siendo esos otros elementos demasiado importantes como para dejarlos con fallos tan apreciables. Quizá uno de los aspectos más trabajados en esta entrega han sido las expresiones faciales de los luchadores, que por fin mueven su cara a la hora de realizar algunos movimientos y acciones, como a la hora de golpear. En cuanto a los aspectos positivos, se han añadido más efectos a los elementos destruibles, entre los que destacan las sillas totalmente destrozadas y como quedan los restos de las escaleras partidas y mesas por el escenario.
Siguiendo con los luchadores, la recreación de los mismos es probablemente lo mejor del título, pues cada uno de ellos cuenta con un trabajo especial en cuanto a polígonos y texturas se refiere, mejorando sobre todo el movimiento del pelo en alguno de ellos (Undertaker y CM Punk entre otros). Aún así, la sensación no es del todo perfecta, y por momentos y dependiendo de qué situaciones a veces parece que estamos viendo una fregona moverse en la cabeza de los luchadores. Lamentablemente, otro gran fallo es la desincronización a la hora de hablar los personajes y el movimiento de sus labios, un fallo demasiado grande y solucionable como para seguir en el juego final. Como aspecto positivo, el remate de cada luchador es completamente calcado al de su homínido real, por lo que el trabajo en ese aspecto es sobresaliente.
Los movimientos de los luchadores también ofrecen una experiencia bastante mejorable de cara al aspecto visual, pues se nota demasiado como algunos movimientos son demasiado robóticos de cara al jugador. Sin embargo, otras acciones si muestran un realismo sobresaliente, notándose el trabajo de captura de movimientos y a veces desentonando con la parte negativa de este apartado. Pero sin duda alguna el fallo más importante que le quita muchos puntos a la presentación es sin duda la interactividad entre luchadores de diferentes tamaños, pues “canta” demasiado ver a Big Show agarrando el aire a la hora de coger a un luchador mucho más pequeño. El Clipping también llega por momentos a oscurecer aún más el apartado visual, y aunque no es tan exagerado como en otras entregas, sigue estando ahí para quitarle realismo a un apartado que podría estar mucho mejor trabajado.