Mucho han cambiado las cosas desde que en 1994 fuese lanzado el primer juego de la ya mítica saga Need for Speed, una saga que ha sufrido muchísimos lavados de cara. Empezó siendo un juego de carreras entre súper deportivos, más tarde se añadieron persecuciones policiales, después se convirtió en el juego de tunning más exitoso del momento, y estas últimas entregas ha combinado las persecuciones policiales, los deportivos de lujo y el tunning, obteniendo lamentablemente pocos resultados, sin contar el fracaso de el último intento de convertirlo en un simulador, Pro Street.
Need For Speed vuelve un año más, esta vez con forma de simulador, ¿cumplirá esta vez nuestras expectativas?, ¿saciará realmente esa “necesidad de velocidad”?
A la primera pregunta formulada no podríamos contestar, ya que después de tantos años Need for Speed ha conseguido captar seguidores con gustos totalmente diferentes, por tanto no a todo el mundo le gusta el mismo tipo de Need for Speed, lo que implicará que muchos seguidores no lleguen a comprender ni a valorar este cambio significativo de estilo en la saga, lo que sique es seguro es que nuestras ansias de velocidad quedarán satisfechas, prepárate para ver el mejor Need for Speed que se ha hecho en años, ¡prepárate para Shift!
Gráficos
Gráficamente el juego luce impecable, los cerca de 50 circuitos están detallados al milímetro, las modelos que aparecen antes de cada carrera lucen muy buen aspecto, pero lo más importante de todo, los más de 65 coches (un número considerable), son tan fieles a la realidad que parece que estamos realmente dentro de ellos cuando usamos la cámara interior, gracias a todos los efectos que encontraremos, desde el efecto “Blur” o desenfoque que inundará la pantalla al alcanzar velocidades vertiginosas a los tambaleos y colores monocromáticos de la cámara cuando golpeamos el coche. Sin duda nos hacen sentir dentro del propio coche de una manera que jamás habíamos imaginado en un videojuego, y todo ello sin la más mínima ralentización y a 60 FPS (imágenes por segundo), lo cual hace que no tenga absolutamente nada que envidiar a ningún juego de carreras actual.
El nivel de daños de el juego está condicionado según la dificultad que se elija, pudiéndose ver claramente desperfectos en cualquiera de los coches, pero en ningún momento terminaremos de destrozarlos, quedarnos sin neumáticos, o cualquier otro desperfecto importante, únicamente podremos reducir sus prestaciones, tales como velocidad o aceleración.