El triunfo del carácter
Justo cuando la industria del videojuego registra mejores números, empieza a aceptarse de modo global y el medio parece emerger de la subcultura underground, parece que las compañías tienen menor libertad creativa a la hora de concebir sus juegos. Han de limitarse a lo que el mercado exige porque si no el público (y lamentablemente, la crítica más burda) no acepta sus propuestas.
Sega desde la prematura muerte de Dreamcast (y su silencioso cambio de política…) siempre ha tenido que aguantar absurdas críticas sobre sus lanzamientos. Ciertamente, su catálogo ha cambiado una barbaridad en los últimos años, re-enfocando sus lanzamientos porque no decirlo, a un público más masivo, por lo que la crítica los trato sin piedad en más de una ocasión (parece ser que la idiosincracia de Dreamcast era el camino correcto, pese a prácticamente no vender software…). Ahora, con un lanzamiento verdaderamente de la vieja escuela, apostando por sus raíces arcade, he leído completas sandeces sobre su duración, sobre su supuesta escasa profundidad (nada más lejos de la realidad) o su jugabilidad arcaica. Ghost Squad es, sin duda, uno de los mejores juegos actuales del catálogo de Wii, precisamente por todos los elementos mencionados.
Ghost Squad es una conversión del arcade publicado en 2004 bajo la placa Chihiro (inspirada en el hardware de la primera Xbox). El juego estaba equipado con una espectacular metralleta, similar a las armas de asalto de los SWAT americanos lo que le proporcionaba personalidad propia al título (similar a la tercera entrega de House of the Dead con la escopeta o el rifle de precisión del Silent Scope de Konami). Ghost Squad es un arcade que apenas dura unos 25 minutos, pero su profanidad va más allá de terminar el modo arcade, ya que el juego (en su edición para Wii), en un alarde de autoconciencia, te regala créditos infinitos.
Y ahí reside una de las claves del título. No te obliga a rejugarte a la fuerza el juego hasta que lo conozcas con profundidad para terminarlo. En la primera partida te acostumbrarás al control, a conocer los niveles y disfrutar de la gran diversidad de situaciones que ofrece. Tendremos que superar tres niveles (una jungla, una zona residencial y el avión del presidente) con diversas rutas que iremos desbloqueando mediante bifurcaciones de libre elección. Nuestro deber será abatir a los rivales a la mayor velocidad posible (indispensable re-jugar el título para recordar su posición), afinar la puntería (los disparos en la cabeza serán premiados) evitar disparar a los rehenes y salir exitoso de todos los eventos (abarcan desde disparos de precisión, quick time events o desactivar bombas). Dependiendo de cómo vayamos cumpliendo todos estos objetivos aumentará nuestra puntuación, principal atractivo del juego.
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