Acción sin pretensiones
Pursuit Force fue uno de los primeros juegos en llegar a PSP después de su tardÃo lanzamiento en Europa que destacó no sólo por estar desarrollado exclusivamente para la consola sino porque, lo que es más importante, estaba pensado para ella y su control.
Secuela La Ciudad Capital sufre un alto Ãndice de criminalidad donde mafias y terroristas se rifan dinero y armas. Nos pondremos en la piel de un hombre de acción metido a policÃa, cuya misión será resolver todo tipo de crÃmenes y amenazas por la fuerza. El juego se distribuye en pequeñas pero intensas fases, un concepto muy apropiado teniendo en cuenta que jugamos en una portátil. Se combina a partes iguales dosis de la mejor acción con elementos de conducción. Como resultado se consigue una experiencia que recuerda mucho a un arcade, es decir, intensidad sin grandes complicaciones dosificada en cortos espacios de tiempo. Si os gustó su predecesor recordaréis que además mostraba unos buenos gráficos hasta entonces nunca vistos en una portátil lo que hace que todos guardemos un buen recuerdo en cuanto a su apartado visual. Por desgracia, y aunque no están del todo mal, sus gráficos han quedado atenuados en comparación con algunos de los últimos hits para PSP. Sin embargo, el resultado en general es más que aceptable.
Jugabilidad Pursuit Force: Extreme Justice consigue mejorar el original tanto a nivel visual como jugable, pero siempre sin perder el rumbo del original lo que lo perjudica y beneficia a partes iguales. Me explico. Extreme Justice introduce novedades jugables que nunca rompen por completo con las premisas de su antecesor, pero que por desgracia no consiguen introducir cambios interesantes para el jugador.

Tendremos una buena cantidad de fases, alrededor de 50 casos que resolver en el que hay que cumplir misiones de distinta naturaleza contra las actividades del crimen organizado. Los criminales estará divididos en seis grupos mafiosos, las cinco que aparecÃan en el anterior tÃtulo más una nueva, y se corresponderán con estereotipos un tanto ridÃculos pero divertidos. Obviamente el enfoque que se le da al juego es bastante exagerado y acrobático por lo que pronto entenderemos que está dirigido a un entretenimiento superficial sin muchas más pretensiones. En referencia al tono del juego podrÃamos decir que se asemeja bastante al de una mala pelÃcula de acción, consciente de que su existencia se basa en entretener. Algún toque de humor soso pero bastante carente de personalidad. Las fases tienen una duración más bien corta y su diseño es extremadamente lineal y bien delimitado. Tendremos que poner toda nuestra atención a los elementos que tengamos en frente y poco más. Se han vuelto a usar elementos como contadores de tiempo, que dejan muy poco margen de error al jugador; sà es cierto que proporcionan un extra de adrenalina y evitan el acomodamiento, pero a veces resultan desesperantes. La mecánica de las fases es algo asÃ: mientras esquivamos el tráfico conduciendo nuestro vehÃculo, hay que disparar a los enemigos y acercarse a ellos lo suficiente, momento en el que nuestro personaje saltará de un vehÃculo a otro y ofrecerá la posibilidad de acribillar a los criminales del vehÃculo de forma más fácil, para continuar con la persecución.
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